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En el silencio de tu alma se esconden los más bellos secretos de tu corazón.
El silencio no es la ausencia de sonidos, es un estado tranquilo en el que puedes oír lo que se mueve en tu interior con mayor claridad.
En silencio se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz de pronunciar.
En el trabajo callado y tranquilo los dones de las personas se hacen visibles.
La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven… el silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un ser humano.
Ábreme el cofre sagrado de tu silencio, comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras y desde donde te alegras…sin palabras.
Entraré de puntillas, sin hacer ruido, para no romper la hermosura que me ofreces a través de tu silencio...
En el silencio se expresa el mayor grado de comunicación entre personas, ya que se desprenden los sentimientos más puros del alma y a través de él viaja el amor puro y sincero de corazón a corazón.
El silencio verdadero, permite establecer una conexión única e indispensable entre la razón y el corazón, entre el pensar y el sentir; para que de esta forma se fusione un conocimiento más profundo.
Cuando la mente calla, el espíritu habla y solo en esos momentos de quietud mental, es cuando se puede expresar el alma para fortalecer y clarificar procesos personales de vida.
Sentir lo que ella siente, pensar lo que él piensa, sin mencionar palabra alguna, sin omitir sonido alguno, es estar más cerca de ella y ella de él. Por eso el silencio es el lenguaje del corazón, el lenguaje de los enamorados.
En el silencio del alma, se descubre la grandeza del espíritu y el canal adecuado para expresar el amor verdadero, mediante una mirada o simplemente un suspiro.
El silencio no es la ausencia de sonidos, es un estado tranquilo en el que puedes oír lo que se mueve en tu interior con mayor claridad.
En silencio se descubren maravillosas conversaciones que la palabra sería incapaz de pronunciar.
En el trabajo callado y tranquilo los dones de las personas se hacen visibles.
La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven… el silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un ser humano.
Ábreme el cofre sagrado de tu silencio, comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras y desde donde te alegras…sin palabras.
Entraré de puntillas, sin hacer ruido, para no romper la hermosura que me ofreces a través de tu silencio...
En el silencio se expresa el mayor grado de comunicación entre personas, ya que se desprenden los sentimientos más puros del alma y a través de él viaja el amor puro y sincero de corazón a corazón.
El silencio verdadero, permite establecer una conexión única e indispensable entre la razón y el corazón, entre el pensar y el sentir; para que de esta forma se fusione un conocimiento más profundo.
Cuando la mente calla, el espíritu habla y solo en esos momentos de quietud mental, es cuando se puede expresar el alma para fortalecer y clarificar procesos personales de vida.
Sentir lo que ella siente, pensar lo que él piensa, sin mencionar palabra alguna, sin omitir sonido alguno, es estar más cerca de ella y ella de él. Por eso el silencio es el lenguaje del corazón, el lenguaje de los enamorados.
En el silencio del alma, se descubre la grandeza del espíritu y el canal adecuado para expresar el amor verdadero, mediante una mirada o simplemente un suspiro.
El khaminante...
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