La Fe que mueve montañas se sustenta en una FE CONCIENTE y no en una FE CIEGA.....
La fe conciente nace de una combinación perfecta entre la razón y el corazón, entre la mezcla de la ciencia y el misticismo, para que de esa manera surja la conciencia, como un conocimiento trascendental y trascendente, que no se limita a los procesos metódicos del razonamiento, ni a las creencias tradicionales con tintes de sensacionalismos y de fanatismos.
La fe conciente es la palanca de Arquímedes, el punto de apoyo que le permite al Kaminante mover montañas, mundos y universos. La fe conciente es infinitamente poderosa, puesto que toma su fuerza de los continuos encuentros con el mismo dios vivo.
La fe verdadera es dios, encontrarse con él periódicamente y asimilar sus enseñanzas en la CONCIENCIA, en el Alma, en el Espíritu. Ese conocimiento-seguridad que transita por todos los átomos, células y órganos del cuerpo, ya que no son exclusivos del intelecto.
El caminante verdadero, se ocupa de ir al encuentro de dios, vestido de luz, y vestirse de luz, implica un trabajo de purificación, un trabajo de muerte psicológica, en donde debe morir en defectos, debe expulsar esos demonios que carga dentro, de eliminar el pecado, para preparar las vestiduras de oro que debe lucir su ALMA.
Todo caminante que va encontrando y encarnando simultáneamente su FE conciente, va accediendo a un conocimiento infinito y universal, conociendo no solo las leyes terrenales sino también las divinas. Esto le permite proyectar en su vida una tremenda comprensión sobre sus procesos de aprendizaje y sobre el de sus semejantes.
El caminante busca establecer un puente de comunicación entre su corazón y el alma del mundo, que es el mismo corazón de la pachamama, y con posturas naturales y reverentes pide la oportunidad para charlar con el árbol, con el ave y el venado.
Camina descalzo por la tierra para acariciar el suelo de sus antepasados que será la semilla de generaciones futuras.
El caminante platica continuamente con wuayra, Ehekatl, el hermano viento y en especial cuando necesita desprenderse de sentimientos y pensamientos insanos. Le platica al viento de sus sueños y por medio de él llega a otros corazones sin necesidad de autobuses, trenes o aviones.
El caminante juega con el agua y en el agua para infundirle alegría y tranquilidad a su existencia.
El caminante se purifica con los elementos del agua, aire, tierra y fuego.
Un verdadero caminante canta en todo momento, danza en cada espacio y se presenta listo para aprender con cada latido de su corazón. Por medio del canto, manifiesta su sentir dentro de su proceso de vida, canta por la mañana, por la tarde y por la noche, canta sin cantar y canta sin motivo. A través de la danza, realiza transferencias de energías centrípetas o centrifugas, llena de alegría y fuerza a su ser y agradece todo el bien que ha recibido.
Danzar para el caminante es ofrendar su sacrificio por lo aprendido, es reverencia en movimiento y oración en acción, danzar para el caminante es conectarse con el corazón mismo de HUNAB KU ("Dios Uno".) de la creación.
El caminante se asegura de estar en su lugar, sabe localizar el punto céntrico de su conexión. Su lugar es la conciencia, la reverencia y la alegría.
Mediante esto, establece un círculo de protección por donde a de caminar en su diario vivir.
Unifica su pensamiento en dirección de TLOKENAHUAKE (Nuestro Señor el que esta cerca, el que esta junto) y su camino esta orientado hacia el TLAKATLE (El Hombre Supremo).
Cuando el caminante encomienda su espíritu a IPALNEMOHUANI (Aquel por quien vivimos. El dador de Vida), entonces todas las circunstancias de su vida cobran un sentido de valor incalculable. Es ahí donde el caminante se da cuenta de que no tiene tiempo para perder el tiempo en pensamientos, sentimientos y actitudes que no vayan orientados hacia el despertar de su conciencia.
El caminante que se va paulatinamente purificando, muriendo en defectos y naciendo en virtudes, hace de su vida una obra de arte; inventándose y reinventándose, tal como lo hiciese un TOLTEKA. Ese trabajo arduo y maravilloso de esculpirse, convierte al caminante en un MOYOCOYATZIN (El que se piensa; se inventa a si mismo); dejando atrás la multiplicidad de sus personalidades que durante mucho tiempo lo llenaron de confusión alejándolo de sí, y encontrando la unidad dentro de el mismo, sinónimo de su verdad con accesos inagotables a su propia realidad.
Cada caminante necesita por instinto de sobre vivencia en su caminata, refugiarse IN YOLOTH (dentro de su corazón). Estar IN YOLOTH, es vivir en el AMOR, que es la energía más poderosa de la creación. YOLOTH como el simbolismo material del alma, es la morada de TLOKENAHUAKE, del dios en el que ha creído y en el que cree el caminante.
Toda experiencia que se manifieste ha de integrarse armoniosamente en el interior intelectual y emocional del caminante, su trabajo será transferir de la razón al corazón y de filtrar la esencia de la apariencia, mediante la reflexión y la meditación.
El caminante es amigo de las diferencias intelectuales, ya que sabe adaptarse a ellas sin perder de vista sus principios esenciales. Puede convivir con gente muy variada e inclusive ayudarle en su mar de confusiones.
Todo caminante tiene la virtud de caminar entre el lodo sin ensuciarse, de vivir días nublados y de tormento sin afligirse, de vivir en tremendas penumbras sin dudar que el sol existe y que saldrá a alumbrar su vida; ese mismo caminante vive en sincronía con TONANTZIN, la madre naturaleza y permanece sereno ante el aplauso y el abucheo.
El caminante asimila en justa proporción la parte de materia que tiene y con la que convive, sabe extraer de ella sus beneficios y aprovecharlos en aras de un crecimiento; ese caminante vive en la materia pero no por la materia, adaptándose al mundo contemporáneo con la finalidad de seguir aprendiendo. Sabe de la fragilidad y de la momentaneidad de la materia, por eso, no se aferra a ella, vive desprendido de las cosas ilusorias y pasajeras como las apariencias, los afectos y las circunstancias; se concentra en descubrir dentro de si mismo el valor justo de las cosas.
El caminante concentra sus pasos hacia TONATIUH, el sol, el cristo, el DIOS, y con esa visión clara y sencilla comienza su caminar cada día, todos los días de su vida; sabe que cada paso que da, le permite crear senderos de reencuentro con TONATIUH.
El caminante disfruta todo, TODO lo que le pasa, por que se sabe vivo y por ende, comprende que todo es parte de la vida. Expresa sus sentimientos en el momento correcto y en el lugar preciso; llora, habla, ríe, salta, corre, canta y baila cada vez que necesita liberarse de estados inadecuados. Se refugia IN YOLOTH para poder recuperar su serenidad. Sus decisiones son realizadas desde su corazón y en estados de conciencia serenos y armoniosos. Reconoce que las decisiones representan el camino elegido para transitar hacia su reencuentro con TONATIUH, las decisiones tomadas desde el odio, el rencor y la venganza, indudablemente lo alejaran de su reencuentro con DIOS y lo hundirán en la amargura y en la desolación.
Un caminante es un niño con traje de humano, un pedazo de estrella que ha bajado a la tierra envuelto en un cuerpo de carne y huesos, es luz contenida en materia, es una fuente condensadora y transmisora de amor.
Un caminante es fuego renovado, es puro como agua, transparente como el aire, fuerte y sereno como el árbol, sabio como la serpiente, inefable como el águila, ágil y veloz como el jaguar; un caminante es Pachamama.
El verdadero caminante confía por su Fe y aunque no sepa por que hace las cosas...las hace desde su Fe, y sabe que en su momento todo lo que precisa saber....lo sabrá...no por la razón sino por la intuición.
El verdadero caminante tiene el derecho a DUDAR..... Pero la OBLIGACION de investigar aquello que duda.
El verdadero caminante va un paso adelante de su miedo...sabe que este es paralizarte y martirizante...por tal motivo, no se entrega a el jamás....por que sabe que cuando lo haga será desgarrado y no le tendrán piedad.
El verdadero caminante se jura VALOR, su palabra solo HABLA VERDAD, su mirada REFLEJA AMOR, con su espada defiende al afligido. Cree en dios por que vive en DIOS, vive en dios por que con su propia vida, lo va asimilando dentro de si.
El caminante es reverente y humilde, amante de su pachamama, del planeta o la naturaleza.
Sabe extraer el poder de ella, se sana en ella y se refugia periódicamente en ella.
Cuando el caminante hace oración, es escuchado hasta en lo más recognito del planeta, su oración penetra en el lago, se funde en el mar y se instala en la montaña, por que brotan de su corazón fragmentos de sentimientos-luz, de sentimientos-amor.
Con la oración, el caminante, se comunica con la fuente de la eterna sabiduría de su SER, puede charlar con la madre naturaleza y sentir el palpitar del mismo universo.
El caminante hace de la oración su puente de conexión con su parte divina, perfecta e inmortal.
Cuando el caminante sabe como llegar a dialogar con su alma, entonces, este le pide a ella que lo proteja, y que cuando sea el momento, lo alerte desde su corazón para saber orientar su acción.
El caminante no busca a dios en el cielo infinito, ya que solo le basta cerrar sus ojos y charlar con el IN YOLOTH.
El caminante no busca el cielo....vive en el cielo, por que hace de su vida y de su entorno un paraíso; solo se esta preparando para transferir su alma cuando desencarne. Ese caminante transita trayectos de vida en distintos planos de conciencia, acompañado siempre de la madre muerte, sabe que en todo su peregrinar va celosamente custodiado por ella, por tal motivo, se entrega en cada paso, en cada acción-decisión con todas sus fuerzas, por que sabe que puede ser la última.
El caminante asciende a la montaña e inclina su rodilla en la tierra, para sensibilizarse con TONANTZIN, permite que el aire acaricie en su rostro y lo asimila de manera renovadora en su interior, disfruta de TONATIUH integrándose a su energía, corre descalzo en el campo y se baña en la lluvia. En las noches, descubre su calma contemplando a las estrellas y se dibuja una sonrisa en su rostro al descubrir en las alturas a la abuela luna.
El caminante es hijo de la madre muerte, que representa el otro extremo de madre naturaleza.
No vive huyendo ni mucho menos temiendo de ella, se dedica a honrarla y respetarla reverentemente con sus acciones, por que sabe que al morir no acaba nada, sino que más bien se prolonga la VIDA en otros planos y niveles de conciencia.
El caminante ama a su muerte de la misma forma que ama a su vida, y a las dos le rinde tributo para que conduzcan su existencia por caminos de luz y liberación.
La muerte solo quita las anclas terrenales en las cuales se encuentra amarrado el cuerpo físico, la muerte libera al alma de las amarras para que ésta pueda manifestarse en otros planos dimensiónales.
El caminante vigila que la muerte y la vida, no lo sorprendan en actitudes impropias y en lugares equivocados, se muestra respetuoso por que sabe, desde su corazón el grandioso poder que de ellas emana.
Sabe que la muerte es parte de su vida, y que su vida le permite alcanzar su muerte para una nueva vida.
El caminante sabe que una luna se marcha para no volver jamás, sabe que detrás de cada luna existen muchas oportunidades para aprender, por tal motivo, no aprovechar las bondades que trae una luna equivale a perder muchas oportunidades.
Cuando el caminante abandona en todos los niveles de su subconsciente, en todos los planos, alguna actitud de lujuria, ira, odio, etc., muere para renacer, tal como lo enseñara nuestro señor QUETZALCOATL.
Mudar de piel, para el caminante es equiparable a morir en un defecto egoico, para nacer en una virtud como adorno del alma.
El caminante ama a la muerte por que sabe que por medio de ella pude perfeccionar su vida, ama a la muerte por que a través de ella nace a lo nuevo.
Morir para el caminante es liberarse de un equipaje lleno de defectos (demonios), que le permitan llegar ligero, sano y limpio a su reencuentro con HUNAB KU.
Morir para el caminante es inyectarle vida a su VIDA y fuerza a su espíritu.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE, SI ME PROTEGES Y ME GUIAS EN TODO MOMENTO.
COMO NO TE VOY A QUERER SI TU ERES LA QUE ACOMPAÑA MI VIDA A CADA PASO QUE DOY. REPRESENTAS PARA MI ESE ANGEL DE LA GUARDA QUE DE MANERA SECRETA ME VIGILA.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE SI TU ME PUEDES DAR LA VIDA A MANOS LLENAS. ERES MI LUZ EN LA OBSCURIDAD, MI COMPAÑÍA EN LA SOLEDAD Y MIS LÁGRIMAS EN EL DOLOR. TU QUE HAZ BAJADO HASTA LOS MISMOS MUNDOS INFIERNOS ARDIENTES, ME TIENDES TU MANO AMOROSA Y MISERICORDIOSA.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE, SI TU CUIDAS MI VIDA.
Un verdadero caminante canta en todo momento, danza en cada espacio y se presenta listo para aprender con cada latido de su corazón. Por medio del canto, manifiesta su sentir dentro de su proceso de vida, canta por la mañana, por la tarde y por la noche, canta sin cantar y canta sin motivo. A través de la danza, realiza transferencias de energías centrípetas o centrifugas, llena de alegría y fuerza a su ser y agradece todo el bien que ha recibido.
Danzar para el caminante es ofrendar su sacrificio por lo aprendido, es reverencia en movimiento y oración en acción, danzar para el caminante es conectarse con el corazón mismo de HUNAB KU ("Dios Uno".) de la creación.
El caminante se asegura de estar en su lugar, sabe localizar el punto céntrico de su conexión. Su lugar es la conciencia, la reverencia y la alegría.
Mediante esto, establece un círculo de protección por donde a de caminar en su diario vivir.
Unifica su pensamiento en dirección de TLOKENAHUAKE (Nuestro Señor el que esta cerca, el que esta junto) y su camino esta orientado hacia el TLAKATLE (El Hombre Supremo).
Cuando el caminante encomienda su espíritu a IPALNEMOHUANI (Aquel por quien vivimos. El dador de Vida), entonces todas las circunstancias de su vida cobran un sentido de valor incalculable. Es ahí donde el caminante se da cuenta de que no tiene tiempo para perder el tiempo en pensamientos, sentimientos y actitudes que no vayan orientados hacia el despertar de su conciencia.
El caminante que se va paulatinamente purificando, muriendo en defectos y naciendo en virtudes, hace de su vida una obra de arte; inventándose y reinventándose, tal como lo hiciese un TOLTEKA. Ese trabajo arduo y maravilloso de esculpirse, convierte al caminante en un MOYOCOYATZIN (El que se piensa; se inventa a si mismo); dejando atrás la multiplicidad de sus personalidades que durante mucho tiempo lo llenaron de confusión alejándolo de sí, y encontrando la unidad dentro de el mismo, sinónimo de su verdad con accesos inagotables a su propia realidad.
Cada caminante necesita por instinto de sobre vivencia en su caminata, refugiarse IN YOLOTH (dentro de su corazón). Estar IN YOLOTH, es vivir en el AMOR, que es la energía más poderosa de la creación. YOLOTH como el simbolismo material del alma, es la morada de TLOKENAHUAKE, del dios en el que ha creído y en el que cree el caminante.
Toda experiencia que se manifieste ha de integrarse armoniosamente en el interior intelectual y emocional del caminante, su trabajo será transferir de la razón al corazón y de filtrar la esencia de la apariencia, mediante la reflexión y la meditación.
El caminante es amigo de las diferencias intelectuales, ya que sabe adaptarse a ellas sin perder de vista sus principios esenciales. Puede convivir con gente muy variada e inclusive ayudarle en su mar de confusiones.
Todo caminante tiene la virtud de caminar entre el lodo sin ensuciarse, de vivir días nublados y de tormento sin afligirse, de vivir en tremendas penumbras sin dudar que el sol existe y que saldrá a alumbrar su vida; ese mismo caminante vive en sincronía con TONANTZIN, la madre naturaleza y permanece sereno ante el aplauso y el abucheo.
El caminante asimila en justa proporción la parte de materia que tiene y con la que convive, sabe extraer de ella sus beneficios y aprovecharlos en aras de un crecimiento; ese caminante vive en la materia pero no por la materia, adaptándose al mundo contemporáneo con la finalidad de seguir aprendiendo. Sabe de la fragilidad y de la momentaneidad de la materia, por eso, no se aferra a ella, vive desprendido de las cosas ilusorias y pasajeras como las apariencias, los afectos y las circunstancias; se concentra en descubrir dentro de si mismo el valor justo de las cosas.
El caminante concentra sus pasos hacia TONATIUH, el sol, el cristo, el DIOS, y con esa visión clara y sencilla comienza su caminar cada día, todos los días de su vida; sabe que cada paso que da, le permite crear senderos de reencuentro con TONATIUH.
El caminante disfruta todo, TODO lo que le pasa, por que se sabe vivo y por ende, comprende que todo es parte de la vida. Expresa sus sentimientos en el momento correcto y en el lugar preciso; llora, habla, ríe, salta, corre, canta y baila cada vez que necesita liberarse de estados inadecuados. Se refugia IN YOLOTH para poder recuperar su serenidad. Sus decisiones son realizadas desde su corazón y en estados de conciencia serenos y armoniosos. Reconoce que las decisiones representan el camino elegido para transitar hacia su reencuentro con TONATIUH, las decisiones tomadas desde el odio, el rencor y la venganza, indudablemente lo alejaran de su reencuentro con DIOS y lo hundirán en la amargura y en la desolación.
Un caminante es un niño con traje de humano, un pedazo de estrella que ha bajado a la tierra envuelto en un cuerpo de carne y huesos, es luz contenida en materia, es una fuente condensadora y transmisora de amor.
Un caminante es fuego renovado, es puro como agua, transparente como el aire, fuerte y sereno como el árbol, sabio como la serpiente, inefable como el águila, ágil y veloz como el jaguar; un caminante es Pachamama.
El verdadero caminante confía por su Fe y aunque no sepa por que hace las cosas...las hace desde su Fe, y sabe que en su momento todo lo que precisa saber....lo sabrá...no por la razón sino por la intuición.
El verdadero caminante tiene el derecho a DUDAR..... Pero la OBLIGACION de investigar aquello que duda.
El verdadero caminante va un paso adelante de su miedo...sabe que este es paralizarte y martirizante...por tal motivo, no se entrega a el jamás....por que sabe que cuando lo haga será desgarrado y no le tendrán piedad.
El verdadero caminante se jura VALOR, su palabra solo HABLA VERDAD, su mirada REFLEJA AMOR, con su espada defiende al afligido. Cree en dios por que vive en DIOS, vive en dios por que con su propia vida, lo va asimilando dentro de si.
El caminante es reverente y humilde, amante de su pachamama, del planeta o la naturaleza.
Sabe extraer el poder de ella, se sana en ella y se refugia periódicamente en ella.
Cuando el caminante hace oración, es escuchado hasta en lo más recognito del planeta, su oración penetra en el lago, se funde en el mar y se instala en la montaña, por que brotan de su corazón fragmentos de sentimientos-luz, de sentimientos-amor.
Con la oración, el caminante, se comunica con la fuente de la eterna sabiduría de su SER, puede charlar con la madre naturaleza y sentir el palpitar del mismo universo.
El caminante hace de la oración su puente de conexión con su parte divina, perfecta e inmortal.
Cuando el caminante sabe como llegar a dialogar con su alma, entonces, este le pide a ella que lo proteja, y que cuando sea el momento, lo alerte desde su corazón para saber orientar su acción.
El caminante no busca a dios en el cielo infinito, ya que solo le basta cerrar sus ojos y charlar con el IN YOLOTH.
El caminante no busca el cielo....vive en el cielo, por que hace de su vida y de su entorno un paraíso; solo se esta preparando para transferir su alma cuando desencarne. Ese caminante transita trayectos de vida en distintos planos de conciencia, acompañado siempre de la madre muerte, sabe que en todo su peregrinar va celosamente custodiado por ella, por tal motivo, se entrega en cada paso, en cada acción-decisión con todas sus fuerzas, por que sabe que puede ser la última.
El caminante asciende a la montaña e inclina su rodilla en la tierra, para sensibilizarse con TONANTZIN, permite que el aire acaricie en su rostro y lo asimila de manera renovadora en su interior, disfruta de TONATIUH integrándose a su energía, corre descalzo en el campo y se baña en la lluvia. En las noches, descubre su calma contemplando a las estrellas y se dibuja una sonrisa en su rostro al descubrir en las alturas a la abuela luna.
El caminante es hijo de la madre muerte, que representa el otro extremo de madre naturaleza.
No vive huyendo ni mucho menos temiendo de ella, se dedica a honrarla y respetarla reverentemente con sus acciones, por que sabe que al morir no acaba nada, sino que más bien se prolonga la VIDA en otros planos y niveles de conciencia.
El caminante ama a su muerte de la misma forma que ama a su vida, y a las dos le rinde tributo para que conduzcan su existencia por caminos de luz y liberación.
La muerte solo quita las anclas terrenales en las cuales se encuentra amarrado el cuerpo físico, la muerte libera al alma de las amarras para que ésta pueda manifestarse en otros planos dimensiónales.
El caminante vigila que la muerte y la vida, no lo sorprendan en actitudes impropias y en lugares equivocados, se muestra respetuoso por que sabe, desde su corazón el grandioso poder que de ellas emana.
Sabe que la muerte es parte de su vida, y que su vida le permite alcanzar su muerte para una nueva vida.
El caminante sabe que una luna se marcha para no volver jamás, sabe que detrás de cada luna existen muchas oportunidades para aprender, por tal motivo, no aprovechar las bondades que trae una luna equivale a perder muchas oportunidades.
Cuando el caminante abandona en todos los niveles de su subconsciente, en todos los planos, alguna actitud de lujuria, ira, odio, etc., muere para renacer, tal como lo enseñara nuestro señor QUETZALCOATL.
Mudar de piel, para el caminante es equiparable a morir en un defecto egoico, para nacer en una virtud como adorno del alma.
El caminante ama a la muerte por que sabe que por medio de ella pude perfeccionar su vida, ama a la muerte por que a través de ella nace a lo nuevo.
Morir para el caminante es liberarse de un equipaje lleno de defectos (demonios), que le permitan llegar ligero, sano y limpio a su reencuentro con HUNAB KU.
Morir para el caminante es inyectarle vida a su VIDA y fuerza a su espíritu.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE, SI ME PROTEGES Y ME GUIAS EN TODO MOMENTO.
COMO NO TE VOY A QUERER SI TU ERES LA QUE ACOMPAÑA MI VIDA A CADA PASO QUE DOY. REPRESENTAS PARA MI ESE ANGEL DE LA GUARDA QUE DE MANERA SECRETA ME VIGILA.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE SI TU ME PUEDES DAR LA VIDA A MANOS LLENAS. ERES MI LUZ EN LA OBSCURIDAD, MI COMPAÑÍA EN LA SOLEDAD Y MIS LÁGRIMAS EN EL DOLOR. TU QUE HAZ BAJADO HASTA LOS MISMOS MUNDOS INFIERNOS ARDIENTES, ME TIENDES TU MANO AMOROSA Y MISERICORDIOSA.
COMO NO TE VOY A QUERER MADRE MUERTE, SI TU CUIDAS MI VIDA.
Un In Dio (El khaminante)
El caminante ama a la muerte y se entrega día a día a sus misterios y enseñanzas, de esa forma aprende a valorar en justa medida su propia vida.
Ese caminante vive para morir y muere para poder vivir. Descubre muy temprano que el miedo a la muerte es producido por una gran ignorancia hacia ella y por estados de conciencia que se instalan y se aferran a ciertos placeres de una vida temporal y pasajera.
Ese miedo a la muerte, que se manifiesta como un rechazo total, adviene como consecuencia de una inadaptación entre el mundo material y espiritual.
“Temerle a la muerte, ignorar sus enseñanzas, equivale a no acceder a los misterios de la vida y a no valorarla, condenando a un Alma a la intrascendencia.”
Un caminante actúa y luego sabe, sabe y posteriormente actúa. Todo lo que precisa saber, o sentir llega puntual a la cita, ya que se encuentra conectado con la mente universal, fuente de donde extrae su conocimiento. No requiere de pensar en exceso, ni de sentir todo el tiempo, por que sabe por medio de su FE conciente que todo tiene un tiempo y un espacio.
El caminante por ende, sabe esperar, sabe escuchar y sabe ser paciente. Se mueve en el entendido que dios no llega tarde y no se equivoca.
El caminante observa y se Auto observa para acceder al conocimiento de si mismo, de manera intuitiva se da cuenta que no hace falta en ocasiones poner las manos sobre el fuego para saber que quema, por esto, esta dispuesto a aprender de los errores ajenos mediante la observación.
El Caminante ve en su semejante su propio reflejo, empero no se confunde por ello, por que sabe que es lo que le pertenece y que no. Al mirar proyectado su reflejo en otro, puede mirarse de cuerpo completo en sus diferentes facetas, de esta manera, lejos de lanzar criticas envenenadas, se concentra en conocerse a si mismo. Puede ver sus defectos a través de los demás y sus consecuencias. Sabe que el mismo ES los demás, y que los demás son EL mismo. Encarnado en el principio Maya de: HERMANO, YO SOY TU Y TU ERES YO, el caminante se hace responsable de sus acciones para con sus semejantes (igual que el), procurando no dañarlos en el pensar, sentir o actuar, por que sabe que el daño es para el mismo.
El caminante se entrega al amor y vive para el amor, reconoce y conoce a su complemento opuesto y lo hace parte de él; carne de su carne, huesos de sus huesos y vida de su VIDA.
Para el caminante, la relación de pareja es simplemente NATURAL (Varón/Mujer), y reconoce en su complemento a un pedazo de estrella que viene a iluminar su camino y que lo acompañara en su propia vida, por esto, el caminante penetra y se compenetra con su complemento.
Para el caminante la unión en pareja es un proceso natural del cual se ayuda para producir luz y vida, y que desde ahí, también pueda llenar de vida su vida.
Empero lo asimila como la oportunidad de seguir creciendo, amando y liberarse. El caminante verdadero, desarrolla un profundo amor y respeto por su compañera(o) que le permite proyectarse con alegría y salud ante las situaciones de su vida.
El caminante lucha....... y pelea contra su imperfección mundana para que a través de su purificación, la vida lo vea presto para aprender.
El caminante no permite que se ponga el sol sin haber sido feliz.... no recibe a la luna de mal humor, pero sobre todo, no permite que las estrellas abran sus ojos luminosos y lo encuentren dormido.
Un caminante no se complica JAMAS, sabe reconocer sus errores, pide perdón cada vez que es necesario y perdona continuamente, por que sabe que a través del perdón, no se acumulan cargas psicológicas innecesarias a manera de basura tráumante y paralizante.
Un caminante no carga con equipajes ajenos, no esconde basura, ya que la va destruyendo en su interior.
Un caminante es autentico y deja huella en aquellos que lo conocen, su presencia no pasa desapercibida por que deja una estela de luz para que todo aquel que la vea, la pueda seguir.
Un caminante señala rumbos, velocidades y distancias, para que cada persona desde su más libre elección pueda seguirlas.
Un caminante no hace adeptos, ni establece dogmas. Sus acciones conectadas con el amor, permiten como consecuencia fabricar relaciones amistosas.
Un caminante lejos de competir comienza a compartir y no permite que se le escape un día sin hacerlo.
El caminante le sonríe a la vida, le canta y le danza y se postra reverente ante su dios interno particular.
Un khaminante vive para servir y sirve para vivir.
Todo ser humano puede ser un Kaminante pero no todos están dispuestos a pagar el precio para ello.
“Y viajo el kaminante hacia el interior mismo de su corazón. Con gran regocijo pudo ver una pradera dorada y bañada con rayos de sol; al centro de ella, un enorme árbol con espeso follaje regalaba una sombra en su circunferencia, a lo lejos la imponente montaña lucia con gran majestuosidad, como celosa guardiana y eterna testigo del paso del tiempo. Al pie del árbol, con vestiduras de nieve, una hermosa mujer hace su aparición deslumbrante, con largo vestido, su velo cubre el campo de oro, impulsado por un viento que pareciera obedecer a tan inefable dama; dentro de un profundo silencio se dibuja en el velo, la silueta de un águila que surca los cielos y como si bajase de la montaña a testificar tan misterioso suceso. Con paso dominante y porte recio, el hermano jaguar, atraviesa el umbral de lo invisible para hacerse presente; cuando la Dama extiende sus manos, como la madre que espera la llegada de su hijo, se abre la tierra y del propio barro emerge el khaminante bañado con espigas de oro y cubierto por el hermoso velo; el semblante de la dama dejaba escapar una sonrisa en su rostro y por la mejilla del khaminante se asomo una lágrima en el momento que se cruzaron las miradas, pareciera ser que se reconocieran; al llegar frente a ella se arrodillo y bajo la cabeza en forma reverente para después disponerse a recostarse sobre su vestido extendido imitando la inmensidad del universo; Ella lo recibió, lo acarició y lo contemplaba tiernamente; así quedaron por tiempo indefinido. ”
Dichoso aquel que cree en mi sin haberme visto.....EL CORAZON INTUITIVO....
Hasta no ver no creer .LA RAZON INSTINTIVA.
La esperanza es un estado de ánimo de ESPERAR... …y la espera puede ser pasiva, engañosa y cómoda si nace de los instintos animalescos del ser humano, pero también, la esperanza puede ser la manifestación de la sublime sabiduría su viene del espíritu.
Esperar implica conocer a aquello que viene, es la manifestación de la FE como sabiduría. Esperar es un estado de conciencia elevado, ya que el espíritu de las personas se conecta con la misma conciencia cósmica.
Esperanza..... Es serenidad y paciencia... con CONCIENCIA. Se sabe lo que se viene y se prepara para lo que se viene.
La fe conciente es esperanza, es serenidad y SEGURIDAD en todo el cuerpo, la mente, y el alma.
Esperar es Caminar hacia el encuentro con la fe conciente. y soportar las inclemencias del tiempo, con humor, amor y conocimiento.
Esperar es un pretexto para confiar alejado de la desesperación. SI ESPERAS ES PORQUE YA CONFIAS
Esperar es solo disfrutar el presente sin proyectarse al futuro; por que proyectarse al futuro es sufrir por si acaso.
La ESPERANZA en su estado natural, es y debe ser impulsada por la sabiduría, por el conocimiento.
Amén de que la esperanza no se procese de manera natural dentro del ser humano, entonces, esta será tomada por el DESEO, un deseo burdo, pasional e individual.
Para las multitudes, hoy la esperanza es el DESEO individualista y egoico de que les favorezcan las circunstancias, de que sean correspondidos y de que las cosas mejoren no por meritos sino por simple ilusión.
La esperanza hoy en el ser humano es tremendamente especulativa y es impulsada por una gran ignorancia de quien la practica desde este terreno.
La espera, se convirtió para esta humanidad en un juego de azar, en un sentimentalismo falso e ilusorio.
Esperar por si acaso suceden las cosas, es igual a vivir en completa ignorancia, y vivir en la ignorancia, realmente no es vivir.
EL Khaminante...
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